viernes, 21 de agosto de 2009

La otra cara de la moneda del ISNA



Unos 791 niños y jóvenes que están a cargo de El Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral a la Niñez y la Adolescencia (ISNA) padecen de algún grado de desnutrición, según explicó Luis Salazar, director ejecutivo de la institución.

De estos, el 11% padece de desnutrición aguda y el 20% restante, de desnutrición crónica, lo que significa que estos últimos han sufrido de esta enfermedad por al menos dos o tres años, lo que “podría afectar el desarrollo normal de estos niños en su crecimiento”, según Salazar.

El problema se agrava aún más cuando el ISNA se enfrenta al problema de la falta de alimentos. “En este momento tenemos cubierto hasta agosto, pero ya septiembre se nos complica si no recibimos un refuerzo”, dijo el director, quien ha solicitado, desde julio pasado, una ayuda presupuestaria de $530,000.

“Se trata de comida y de ropa, no se trata de instalaciones”, aclaró Salazar. El ISNA brinda servicios de comida a 2,552 niños y jóvenes entre los que se encuentran en ambientes institucionalizados –1,649– y los pertenecientes a los 15 centros de Desarrollo Infantil –903.

“Si eso no es entendido por nuestras autoridades financieras, es porque no tenemos la sensibilidad del caso –cuestionó Salazar, quien luego se mostró confiado en recibir el dinero que necesitan–. Voy a ir personalmente si este día no me dan una respuesta favorable.”


Aunque Salazar ha estado en el ISNA desde el pasado 3 de julio, esta es la segunda vez que se encuentra en una situación límite con la comida.

A su llegada, el primer problema que tuvo que resolver fue precisamente cómo darles de comer a los niños y jóvenes que atienden cuando quedaba comida solo para dos días.

En esa ocasión se logró sortear el problema con algunos alimentos no perecederos que aún quedaban en las alacenas y los donativos del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Además, hubo que hacer algunas licitaciones en ese momento, las cuales dejaron comida hasta finales de este mes, pero después tendrán que iniciar nuevos procesos para obtener los alimentos, lo que debe hacerse a la brevedad posible.

El ISNA tiene un presupuesto de $14 millones, de los que $11 millones se usan para pagar las 1,240 plazas de trabajadores de la institución.

Con los estándares actuales en cada tiempo de comida se gasta $1 por niño o joven.

Salazar calificó este hecho de “sorpresivo” y dijo que esperaba que en el más corto plazo se pudiera mantener un nivel alimenticio del que pudieran comer desde los directores de la institución hasta los menores.

El director adelantó que a partir del otro año las cocinas estarán a cargo de las trabajadoras del ISNA y no se subcontratarán servicios. Explicó que se debe a la calidad de personal que se tiene dentro de la institución, pero que hay una necesidad de “sistematizar” el trabajo.

La falta de alimentos se da un año después del fallecimiento del menor Erick Amaya en un Centro Infantil de Protección Inmediata (CIPI), a quien no le brindaron atenciones debidas.

Nota recopilada de laprensagrafica.com

No hay comentarios: